Sobre mí

Hola, me llamo Maria Eugenia Thomas. Maru para mis amigos. Nací en una pequeña población del occidente Venezolano. Desde muy temprana edad descubrí el maravilloso encanto de ayudar a los demas. Siendo la menor de nueve hermanos, crecí entre adultos y mis mejores amigos siempre fueron personas mayores que yo.

Estudié administración de empresas y ejercí puestos administrativos durante unos 15 años. Poco antes de cumplir 50 años, tuve la oportunidad de cambiar de trabajo y fue allí donde encontré mi verdadera vocación. Durante dos años fui promotora social en las comunidades más vulnerables y de escasos recursos de mi ciudad.

Conocí personas maravillosas que me inspiraban cada día con sus historias y su experiencia. Me enorgullece saber que pudimos brindar nuestro granito de arena para hacer de sus vidas un poco más confortables. Aunque quedó mucho por hacer.

Enfrentada a la vorágine de cambios que ocurrían en mi pais, analicé varias opciones para seguir ayudando a las personas pero desde un angulo mas intimo y personal. Es bien sabido que en latinoamérica es dificil encontrar actividades en esta etapa adulta y, siendo una amante de la escritura, decidí comenzar a escribir sobre un tema que veía muy cercano, la jubilación, y de cómo me sentía al respecto.

Así nació Jubilarte, pensando en que realmente es un arte afrontar la jubilación. Tienes tanto tiempo libre, sientes aun mucha energía como para quedarte en pantuflas en tu casa y muchas veces no encuentras cómo encajar en esta etapa.

Decidí escribir todo lo que pasaba por mi mente en aquellos días, e investigando llegué a conseguir información sobre como crear un blog y puse manos a la obra. Quería dejar plasmada mi visión sobre este y otros temas. Sin embargo, el fallecimiento de mi madre tan solo tres meses despues de dar de alta el blog, me tomó tan de sorpresa que terminó por descolocarme completamente.

Ahora me encontraba sola, sin empleo, con exceso de tiempo libre y abrumada con los cambios hormonales que a esa edad iniciaban su aparición. Luego de varios meses deprimida surgió dentro de mí una lucha interna sobre cómo quería enfrentar mi vejez.

Decidí dar un giro a mi vida pero en realidad no sabía cómo ni por donde comenzar. Aunque de algo estaba bien segura, no me quedaría parada viendo la vida pasar. Busqué alternativas para ocupar mi tiempo. Me di de alta en varias plataformas de trabajo freelancer, comence a escribir y nacieron en mi las ganas de viajar, de conocer otras latitudes o quizás, de escapar.

Despues de estudiar varias opciones, emigré a Canadá, un hermoso pero frio país que me abrió sus puertas y comprobé que la vida no acaba a los cincuenta. Sin embargo, no mentiré diciendo que fue facil. Al llegar a este pais, la unica persona que conocía aquí y quien me impulsó a venir, cambió de una forma que aún hoy no logro entender.

Así que me enfrentaba a un nuevo país, con una cultura muy diferente a la mía, un clima extremadamente frío y un idioma del que conocía muy poco. Sin conocer a nadie, sin redes de apoyo y casi sin un centavo en el bolsillo. Sin embargo, regresar a mi pais no era una opción. A las personas mayores de 50 años se les dificulta mucho conseguir empleo y más aún con la crisis política de Venezuela.

En pleno invierno, con temperaturas de -35 grados y ropa poco adecuada, deambulaba cada día sin saber lo que buscaba. Un día, en la parada del autobús escuché a dos personas que hablaban español y les pedi ayuda. Ellas me orientaron y acompañaron en el proceso de adaptación a la vida canadiense. Les agradezco infinitamente.

Conseguí empleo, vivienda y un lugar en la escuela de idiomas. Aquí he podido trabajar en distintas empresas, bajo distintos cargos y con una gran variedad de salarios. En ninguna empresa han visto como un impedimento mi edad, al contrario, se apoyan en mi experiencia, me delegan responsabilidades y eso me llena profundamente. Todas esas empresas me dieron empleo aunque mi nivel de francés era muy bajo. Nos entendíamos con el traductor del teléfono y, en muchas ocasiones, con señas.

Inmigrar no es fácil, mucho menos a mi edad, sin embargo puedo decir con satisfacción que ya he encontrado mi lugar en este nuevo país. Tengo un empleo que adoro y que me ha permitido obtener las comodidades que merezco. Dono mi apoyo a los latinos recién llegados tal como lo hicieron conmigo. Tengo una red de amigos y me divierto compartiendo momentos de calidad con los mas allegados.

Pero dentro de mí sigue viva la chispa de querer hacer algo más. De mostrarle a las personas mayores como yo, que todos tenemos una fuerza interior y, si logramos canalizarla, podemos crear muchas cosas. Es por eso que decidí retomar la escritura y la creación de contenido para este blog.

Aquí les contaré mi experiencia como casi-jubilada. Les hablaré de mi visión sobre esta etapa de la vida, las oportunidades, fracasos y victorias a las que nos enfrentamos cada dia. También les daré algunos consejos que he implementado en los ultimos años para mejorar mi salud y mi calidad de vida.

Les comentaré anécdotas de algunos de mis viajes más recientes y les contaré como me he apoyado en las nuevas tecnologías. Deseo de corazón que la información recabada en este blog para ustedes, les sirva de inspiración o motivación.

Los invito a adentrarse en este blog, comentar y compartir experiencias. Los espero en Jubilarte.

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