¿Alguna vez te has preguntado cómo una bandeja de papas fritas cubiertas de queso en trozos y bañadas en salsa se convirtió en uno de los platos más icónicos de Canadá? La poutine, una comida reconfortante quebequense, tiene una historia intrigante que se mantiene envuelta en misterio. Este artículo te llevará en un viaje a través de los orígenes y la evolución de la poutine.
El nacimiento de la poutine: una obra maestra accidental
Cuenta la leyenda que la poutine fue inventada a finales de los años 50 y son varias las áreas rurales que reclaman su autoría. Los detalles exactos de su origen son objeto de debate, pero el consenso general a través de los años ha sido que la poutine surgió como una creación espontánea y accidental en el restaurante Le Café Idéal en Warwick, Quebec.
Según relatan los expertos en el tema, una tarde de otoño de 1957 (no recuerdan si era septiembre u octubre), el señor Eddy Lainesse, entonces camionero, entró en Le Café Idéal, donde era un cliente habitual, para pedir unas papas fritas. Warwick está ubicado cerca de Victoriaville, a medio camino entre Montreal y la ciudad de Quebec, en una región salpicada de granjas lecheras y famosa por sus quesos frescos que el señor Fernand Lachance, propietario de Le Café Idéal, exhibía en pequeñas cajas de cartón en el mostrador de la cafetería.
El señor Lainesse estaba hambriento pero con poco tiempo para sentarse a comer, fue entonces que pidió al señor Lachance que le pusiera una bolsa de papas fritas para llevar y que les añadiera queso en grano, ça va te faire une maudite poutine!
(¡Eso hará un maldito lío!
), predijo Lachance, usando la jerga francesa para referirse a lo que para él era un “desastre”.
Pero eso era lo que quería el Sr. Lainesse, así que mezclaron los ingredientes en una bolsa de papel encerado, luego agregaron sal y vinagre, y nació una leyenda culinaria llena de calorías. El Sr. Lachance agregó el plato (40 centavos y 10 centavos extra por salsa) al menú de Le Café Idéal y el arte de obstruir las arterias nunca ha sido el mismo.
Foto: Le Café Idéal à Warwick, propriedad del Sr. Gérard Roy.
El ascenso a la popularidad
Aunque la poutine ganó popularidad en Quebec en los años 50 y 60, no fue hasta finales de los años 70 que comenzó a extenderse por todo Canadá. La poutine rápidamente se convirtió en un elemento básico en los restaurantes, bares y locales de comida rápida quebequenses, ganando reputación como la comida reconfortante por excelencia.
Con el tiempo, la poutine evolucionó a medida que surgieron diferentes variantes. Algunos establecimientos experimentaron con ingredientes como tocino, salchichas e incluso carne desmechada. Otros abrazaron la poutine gourmet, agregando ingredientes como foie gras o aceite de trufa para elevar el plato.
Controversias e enfrentamientos culturales
A medida que la poutine se volvía más popular, también aumentaban los debates en torno a su autenticidad y significado cultural. Algunos argumentaban que los ingredientes simples y su accesibilidad convertían a la poutine en un símbolo de la cultura obrera quebequense.
Sin embargo, a principios de los años 2000, surgió la noción de la poutine gourmet, lo que provocó un enfrentamiento cultural. Los críticos afirmaban que esta versión de alta gama de la poutine se alejaba de sus raíces tradicionales y diluía su identidad obrera. A pesar de las controversias, la poutine gourmet ha encontrado su nicho, atrayendo a entusiastas culinarios y paladares curiosos de todo el mundo.
Foto: legourmetburger/instagram
En busca de la poutine definitiva
A medida que la poutine sigue conquistando a Canadá y al mundo, diversas regiones han creado sus propias versiones únicas del plato. En Montreal, encontrarás la poutine de carne ahumada, mientras que en Vancouver podrían agregar mariscos frescos como langosta o salmón ahumado. Estos giros regionales han provocado una competencia amistosa para descubrir la poutine definitiva.
Pero ¿qué hay de los orígenes de la palabra «poutine» en sí? A pesar de su reconocimiento mundial en la actualidad, su etimología sigue siendo un misterio. Algunos creen que proviene del argot quebequense que significa «mezcla» o «revuelto», mientras que otros sugieren que puede provenir de la palabra inglesa «pudding». Desafortunadamente, sin pruebas concretas, estas son meras especulaciones.
En conclusión
Desde sus humildes comienzos como una mezcla accidental hasta convertirse en una amada delicia quebequense, la transformación de la poutine es una verdadera historia de lucha. A medida que su popularidad sigue en aumento, la poutine sigue siendo una delicia reconfortante que captura la esencia de la cultura quebequense.
Entonces, la próxima vez que visites un restaurante en Quebec, no olvides deleitarte con un plato de poutine. Embárcate en tu propia aventura culinaria y saborea los sabores únicos que unen las papas fritas, el queso en trozos y la salsa en una sinfonía deliciosa para el paladar.